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Entre Fuegos Masaryk, un must en steak house

  • Must
  • 11 jun 2019
  • 2 Min. de lectura

Nos encantan los hot spots que consienten a nuestro foodie carnívoro interior,

Entre Fuegos, es uno de ellos. Es un obligado para quienes gusten de probar un

buen Tomahawk o un Rib Eye acompañados de una copa de vino.




Para una comida de negocios, una cita romántica o una ocasión especial; Entre

Fuegos, logrará que tus acompañantes queden impresionados por la experiencia

gastronómica que vivirán. Se trata de un must en steak house que ofrece platillos de la más alta calidad, con un servicio destacado y ambientación de vanguardia.


Lo primero que roba miradas al entrar en Entre Fuegos, es la decoración y diseño

de interiores tan peculiar, elegante y funcional, se podría describir como una fusión

de estilos rupestres, minimalistas y sobrios llevados a su versión más lujosa, como

resultado tenemos un espacio íntimo, sofisticado, vibrante y cálido.

La cocina abierta, donde se puede admirar a los parrilleros, te involucra en la

preparación, pero está perfectamente acondicionada para no incomodar con

aromas.


Lo segundo que es inevitable voltear a ver es tanto la gran cava de

aproximadamente 350 etiquetas de vino, como la gran cámara de añejamiento de

cortes de carne que está justo a un lado, ambas completamente visibles desde

cualquier punto del restaurante, lo que demuestra la seguridad que tienen en sus

sabores y la calidad de sus procesos.



Una vez pasado el impacto de estos detalles la atención cae en el tercer elemento,

a la gastronomía, que es igual de impactante.

La buena cocina de Entre Fuegos se define como internacional, especializada

como su nombre sugiere, en platillos a la parrilla y cortes de carne que son de la

mejor calidad.


Entre Fuegos también ofrece opciones vegetarianas. De hecho, uno de sus

principales highlights es su Salad Market, una estación donde puedes personalizar

tu propia ensalada.


De entrada, lo imperdible es el carpaccio de res a las cinco pimientas con helado

de parmesano y polvo de chicharrón, taquear unos mochomos de falda de res

frita, deleitarte con un corte de carne entre los que sobresalen el Tomahawk, el

Rib Eye Prime Añejo y el Centro de Bife. Cuentan con un detalle único: sellan la

carne con su logotipo haciendo tu vivencia inolvidable.





Y, por último, pero no menos importante, Entre Fuegos sabe cómo terminar con

broche de oro, haciendo sus postres, algo para recordar.

Al final, la cortesía de la casa consiste en malvaviscos con una pequeña fogata

para derretir.



Sin duda alguna el concepto deriva en un restaurante auténtico y de gran valor, lo

cual es algo que los comensales notan, por lo que no es de extrañar que siempre

esté lleno.

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