''Próspera'' termina, dejando sin trabajo a servidores de salud
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- 28 may 2019
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Prospera dejó de funcionar el 31 de diciembre de 2018. Su operación y convenios con los estados quedaron sin validez, explica en entrevista la titular de la Comisión Nacional de Protección Social en Salud, Angélica Ivonne Cisneros. El acuerdo con la Secretaría de Hacienda fue que esos recursos se transmitirían a la Secretaría de Salud, para el programa de Servicios de Salud y Medicamentos Gratuitos, ahora a cargo de la Subsecretaría de Integración y Desarrollo.
Pero en los estados, fue hasta febrero que recibieron un oficioen el que secomento a las Secretarías o Institutos de Salud locales que el 25 de enero se había acordado la conclusión del programa, su transformación en el nuevo Programa Becas para el Bienestar de Educación Básica “Benito Juárez”, y la eliminación de las corresponsabilidades que implicaba Prospera.

Eli Flores es odontóloga. Desde hace cinco años trabajaba para atender a beneficiarios del programa Prospera, y otros en el Estado de México. Cinco años que se pasó con contratos temporales, sin prestaciones, con la promesa de obtener una plaza si cumplía con metas de productividad que, asegura, siempre sobrepasó. Y sin embargo, ante la desaparición del programa para convertirse solo en becas, se quedó sin trabajo en abril pasado.
No hubo aviso previo ni recibió un finiquito, por lo que de tajo ha tenido que ajustar sus gastos. Con dos hijas pequeñas, de 4 y 6 años, lo primero que pasó fue que dejó de pagarle, a su vez, a la persona que le ayudaba a cuidarlas.
“Sin finiquito, sin liquidación, sin nada. Nada más cobramos la quincena, que fue hasta dos o tres días después. Sí nos pagaron, ¿pero qué haces con una quincena y ya? Dijeron que nos iban a volver a hablar, pero hasta ahorita no hemos tenido respuesta ni nada”, explica.
Sostuvo que el fin de Prospera no implicó despidos, sino la terminación de contratos eventuales. La cifra oficial es que el programa operaba con mil 159 empleados de base sindicalizados en todo el país, una nómina que implicaba 515 millones de pesos y que sigue intacta, asegura Cisneros. El resto era personal complementario, que además eran los estados quienes se encargaban de contratar como personal eventual.
Uno de estos contratos era el de Eli, que espera que en los reajustes pueda volver a conseguir un puesto. Pero por ahora, entre oficios de dependencias y cambios de programas, se quedó sin trabajo de un día para otro.
“La verdad es que siempre fue un contrato muy injusto. Ahorita después de 5 años, decirte vete y busca un trabajo. Yo siempre traté de mantener la productividad, y ahorita que soy mamá, me genera un gasto”, se lamenta.
“Es injusto. ¡Y sobre todo que diga que no hay despidos!”.
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